TIEMPO DE  DESCANSAR EN EL SEÑOR

Ha llegado el verano y con él las vacaciones para muchos.
El Evangelio de la Eucaristía del primer domingo de julio decía:
“Venid a Mí los cansados y agobiados que Yo os aliviaré...”
Creo que no es casual que la liturgia de la iglesia nos indique este Evangelio en el comienzo del verano.
¡Cuántos cansancios, cuántos agobios, cuántas angustias...! Y el Señor nos invita a abandonarnos en El, a dejarlo todo en sus manos y descansar en El.
Nos conoce y sabe de qué pasta estamos hechos.
También a sus discípulos les llevó a un lugar aparte para descansar.
Pienso que a la hora de organizar nuestras vacaciones pocas veces le decimos que sea El quien nos lleve, que busque un lugar para nuestro descanso.
Como testimonio os diré que al día siguiente de meditar sobre esto y darme cuenta de que había hecho mis planes sin contar con El decidí pedirle un lugar. Recordé algún verano en el que había tenido oportunidad de vivir unas vacaciones con otros hermanos descansando en El. Miré la revista Nuevo Pentecostés para ver si había alguna semana de familias pero no encontré nada. Por la noche leí la siguiente oración: “Señor, cuando las vacaciones ofrecen tanto bienestar - que no será estar bien, si faltas Tú y tu paz -, Tú me recuerdas que tus discípulos hemos de estar desprendidos de todo lo que estorba para caminar con la agilidad de quien está libre y  la urgencia de quien ha de anunciar  que el Reino está al venir”.Volví a pedirle al Señor ese lugar de descanso en el verano. Al día siguiente por la mañana me llamó una hermana de Valladolid para invitarme a una semana de familias. Estaremos varios matrimonios con niños. También compartirán estos días una comunidad de vida en la que está un sacerdote. Será un tiempo de oración, formación y descanso. Cuando recibí la noticia pensé en las palabras del salmo:
“Antes de que estén las palabras en mi boca, Tú ya las conoces” El Señor conoce nuestra necesidad y atiende nuestra súplica.
Recuerdo un verano en el que estuvimos unos hermanos retirados unos días en un pueblo de Burgos. La casa era vieja, nos hizo un tiempo malísimo pero fuimos felices. Mis hijos estaban encantados. Hasta tuvimos la oportunidad de acoger una noche a unos 40 niños scouts. El Señor nos regaló alegría en esos tiempos preciosos que tuvimos para Él.
Otras veces hemos ido a otros lugares más cómodos y caros, pero hemos acabado vacíos si no le hemos tenido presente a El.
El otro día paseando vi a una chica que llevaba un bolso en el que había bordado: Verano tiempo de poesía, de pasear, de leer, de descansar, de viajar. No estaba escrito tiempo para Dios.
Debemos combatir a muerte la mentalidad de que “han llegado las vacaciones”, de que podemos descansar hasta septiembre. Dios no descansa, su proyecto sobre nosotros tampoco. La misión no descansa, los niños siguen muriendo de hambre, la cultura de la muerte sigue minando nuestro corazón y  corrompiendo la sociedad entera.
¿Cómo vamos a aprovechar estos meses de cambio de actividad para mayor Gloria de Dios, para mayor servicio a nuestros hermanos, para nuestra conversión y nuestra formación?

LETANÍA AL CORAZÓN DE JESÚS.

Señor, ten piedad de nosotros.  Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.  Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.  Señor, ten piedad de nosotros.
Jesús, óyenos.                             Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos.              Jesús, escúchanos.

Respondemos: ten  piedad de nosotros

Dios Padre celestial,          
Dios, Hijo redentor del mundo
Dios , Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios.
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
Corazón de Jesús, formado por el espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
Corazón de Jesús, majestad Infinita.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad.
Corazón de Jesús, sagrario de justicia y amor.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Corazón de Jesús, dignísimo de  toda alabanza.
Corazón de Jesús, rey y centro de todos los corazones.
Corazón de Jesús, donde se encuentran los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Corazón de Jesús, donde habita la  plenitud de la divinidad.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se ha complacido.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Corazón de Jesús, deseo de las colinas eternas.
Corazón de Jesús, paciente y de inmensa misericordia.
Corazón de Jesús, magnánimo para todos los que te invocan.
Corazón de Jesús, fuente de vida v de santidad.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, saturado de oprobios,
Corazón de Jesús, lacerado por nuestras culpas,
Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte.
Corazón de Jesús, atravesado por la lanza.
Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
Corazón de Jesús, víctima de los, pecadores,
Corazón de Jesús, salvación de los que esperan en ti.
Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en ti.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,  Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,  óyenos Señor
Cordero de dios que quitas el pecado del mundo,  ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de corazón     Haz mi corazón Semejante al tuyo.

 Oremos:
Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados,
nos concedes infinitos tesoros de amor y misericordia; te pedimos que,
al rendirle el devoto homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos
también el de una digna reparación. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo que contigo vive y reina en la unidad del espíritu Santo
y es dios por los siglos de los siglos.
Amén

PENTECOSTÉS
El día de Pentecostés en la Eucaristía  a la que asistí, pusieron una imagen muy significativa: una barca de vela con varias personas dentro era movida por un viento fuerte.
El Espíritu Santo sopla en nuestra vida para movernos. A veces ese viento parece que nos desinstala, nos saca de nuestra rutina, de nuestra comodidad y nos lleva hacia otros caminos. Es importante estar con los hermanos para no desanimarnos, para no asustarnos, para continuar hacia la meta.
*Entra hasta el fondo del alma. Te doy permiso para que entres hasta lo más íntimo, hasta lo más escondido de mi vida. Puedes pasar hasta lo que no enseño a nadie porque me da vergüenza.
Hace unos días veía explicada la secuencia del Espíritu con dibujos para niños. En esta parte ponían al Espíritu Santo como si fuera un minero que va taladrando hasta hacerse un hueco para entrar en el corazón.
* Entra con tu luz poniendo claridad donde hay oscuridad.
* Mira mi vacío si tú me faltas. Mira mi pecado si Tú no estás conmigo.
* Riega la tierra en sequía. Mi vida necesita el agua del Espíritu para poder dar fruto.    Necesita esponjarse, cambiar de color ¡Cuántos recuerdos nos trae la tierra mojada! ¡Cuántos recuerdos tenemos del paso del Espíritu empapando nuestra vida!
*Sana mi corazón enfermo de amor, sana mi corazón insatisfecho, rencoroso, enfermo porque no es capaz de perdonar. En la secuencia para niños aparece el Espíritu Santo curando  y poniendo una tirita.
*Lávame. ¿Os imagináis a todo un Dios remangándose para hacer limpieza, para darnos un baño?
¡Qué sensación más grata después de un buen baño!
¡Cuántas veces después de una buena confesión hemos dicho que nos sentíamos limpios!
*Infunde tu calor en mis hielos, derrite mis frialdades.
* Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. En el dibujo para niños aparece el Espíritu Santo tirando de uno empeñado en seguir un camino en el que hay un cartel que pone equivocación.
*Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.
¡ Señor aumenta mi fe para que pueda acoger tus dones en mi vida!
*Dale al esfuerzo su mérito. Recuerdo la oración de algún estudiante o de algún padre
en las vísperas de un examen: dale al esfuerzo su mérito. Yo pongo mi pan o mi pez y Tú, Señor lo bendices.
*Salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. “Da una muerte santa, da alegría eterna” Amen.

¡VEN ESPÍRITU DIVINO!

En estos días recordaba la secuencia del Espíritu Santo y cómo una profesora en 8º de EGB nos la hizo aprender. Después estuve rezándola casi todos los días de una manera mecánica. Dios escucha nuestra oración aunque casi no sepamos lo que estamos pidiendo. Así años más tarde acabé conociendo la Renovación Carismática.

Hace unos días hubo una gran tormenta y nos quedamos sin luz. Tuvimos que buscar velas para ver un poco. Mi hijo de 8 años decía: “Hace años los hombres sólo tenían velas, no había bombillas” Esto me hizo pensar en las veces que vivo con la luz de pequeñas velas sin descubrir que tengo la gran central eléctrica que es el Espíritu Santo.

En la Eucaristía de Nochevieja el sacerdote nos decía que había bautizado al Niño como “el derrochón”.Creo que este apodo le viene también bien al Espíritu Santo. Cuando vemos sus dones y carismas en los hermanos, cuando palpamos un poco de su poder podemos exclamar: “Realmente eres espléndido en tus dones”.Recitando la secuencia del Espíritu veo que en Él tenemos un chollo:
* Si te sientes solo/a, sin amor, pide Espíritu Santo. Él es el amor del pobre, del que todo lo espera.
* Si está triste, desconsolado, ora al Espíritu. El es la fuente del consuelo, de la paz.
* Si estás cansado de servir, si estás cansado del camino, de ir contracorriente, si estás  cansado del trabajo, de la familia, de los amigos, de los vecinos, de los hermanos del grupo... pide Espíritu Santo. El es tregua en el duro trabajo, es descanso, es brisa.
Hace poco estaba agotada físicamente después de una semana de mucho trabajo. El fin de semana tenía un retiro .Salí descansada. El es el descanso.
* Si estás viviendo un momento doloroso, de sufrimiento personal o de los que te rodean, pide Espíritu Santo. El es el que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

    (Continuará)

«No se turbe tu corazón...
       ...no temas esa enfermedad,
ni otra alguna enfermedad o angustia.
¿No estoy yo aquí? ¿No soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra?
¿No soy yo tu salud?
¿No estás por ventura en mi regazo?
¿Qué más has menester?
No te apene ni te inquiete otra cosa.» 
Palabras de Nuestra Señora de Guadalupe a Juan Diego 

GRACIAS A DIOS

Gracias a Dios tiene éxito su mensajero, y por su palabra todo está en su sitio.
Muchos más podríamos decir y nunca acabaríamos; broche de mis palabras: «El lo es todo.»
¿Dónde hallar fuerza para glorificarle? ¡Que él es el Grande sobre todas sus obras!
Temible es el Señor, inmensamente grande, maravilloso su poderío.
Con vuestra alabanza ensalzad al Señor, cuanto podáis, que siempre estará más alto; y al ensalzarle redoblad vuestra fuerza, no os canséis, que nunca acabaréis.
¿Quién le ha visto para que pueda describirle? ¿quién puede engrandecerle tal como es?
Mayores que éstas quedan ocultas muchas cosas, que bien poco de sus obras hemos visto.
Porque el Señor lo hizo todo, y dio a los piadosos la sabiduría. (Eclesiástico 43,26-33)

ORACIÓN DE LOS SENTIDOS

Señor, bendice mis manos
para que sean delicadas y sepan tomar
sin jamás aprisionar,
que sepan dar sin calcular
y tengan la fuerza de bendecir y consolar.

Señor, bendice mis ojos
para que sepan ver la necesidad
y no olviden nunca lo que a nadie deslumbre;
que vean detrás de la superficie
para que los demás se sientan felices
por mi modo de mirarles.

Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciban muy claramente
el grito de los afligidos;
que sepan quedarse sordos
al ruido inútil y a la palabrería;
pero no a las voces que llaman
y piden que las oigan y comprendan
aunque turben mi comodidad.

Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o destruya;
que sólo pronuncien palabras que alivian,
que nunca traicionen confidencias y secretos,
que consiga despertar sonrisas.

Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo del Espíritu
y sepa dar calor y refugio;
que sea generoso en perdonar y comprender
y aprenda a compartir dolor y alegría
con un gran amor.
Dios mio, que puedas disponer de mí
con todo lo que soy, con todo lo que tengo. Amén

(es de Sabine Naegeli)

MI JARDÍN
A veces las experiencias nos vienen regaladas, sin esperarlas.
Me sucedió el lunes de Pascua.
Llegamos el domingo de vivir la Pascua en un pueblo de la Mancha, quizás mi corazón y mis oídos, estaban más atentos y a la escucha.
En la mañana del lunes, pronto, saqué unas cosas al jardín, hacía fresco, miré el césped como muchos otros días anteriores, sin embargo, el ver las hojas del árbol en el suelo, me llamó la atención de una manera especial.
Sentí la necesidad de bajar y barrer las hojas caídas.
Lo hice sin gran trabajo, otros días me daba pereza ponerme, por el frío, la lluvia o simplemente porque no me daba tiempo.
Al estar barriendo las hojas, sentí interiormente, como que el Señor me decía que yo era su jardín, con un césped brillante y tupido, pero, que tenía cosas que impedían que ese césped fuera hermoso, me tenía que dejar barrer por Él. Todo lo que cae sobre la hierba si no se quita, se pudre y lo daña, así mi corazón tiene que estar dispuesto en todo momento, a la acción del Señor y al paso de su mano en mi vida, que Él pueda actuar y modificar según su voluntad.
No debo ser indiferente a la mirada de Dios, a sus pasos por mi casa interior, para que pueda caminar según su voluntad.
Muy contenta cuando terminé de barrer, me subí a casa y me puse a orar. Le di gracias por esta manera tan sencilla de instruirme y cuidarme y por saberme amada por Él.
Al Señor sea la Gloria por siempre. ¡Amen!.
Julia

ACTO DE CONFIANZA
San Claudio de la Colombière. S.J. (1641-1682)

Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti, todas las cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Ti todas mis solicitudes. «En paz me duermo y en seguida descanso porque TU, Señor, me has confirmado singularmente en la esperanza». (Sal. 4. 1).

Despójenme en buena hora los hombres de los bienes y de la honra, prívenme de las fuerzas e instrumentas de serviros las enfermedades; pierda yo por mi mismo vuestra gracia pecando, que no por eso perderé la esperanza, antes la conservaré hasta el postrer suspiro de mi vida, y vanos serán los esfuerzos de todos los demonios de infierno por arrancármela.

Que otros esperen la dicha de sus riquezas o de sus talentos: que descansen otros en la inocencia de su vida, o en la aspereza de su penitencia, o en la multitud de sus buenas obras, o en el fervor de sus oraciones; en cuanto a mi toda mi confianza se funda en mi misma confianza: «porque Tú. Señor. me has confirmado  singularmente en la esperanza».

Confianza semejante jamás salió fallida a nadie: «Nadie esperó en el Señor y quedó confundido». (Sir. 2. 11). Así que, seguro estoy de ser eternamente bienaventurado, porque espero firmemente serio, y porque eres Tú, Dios mío, de quien lo espero: «en Ti, Señor, he esperado, no quede avergonzado jamás». (Sal. 30. 2; 70. 1).

Conocer, demasiado conozco que por mí soy frágil y mudable; sé cuánto pueden las tentaciones contra las virtudes más robustas; he visto caer las estrellas del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de eso logra acobardarme. Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia; y de que esperaré siempre estoy cierto, porque espero también esta esperanza invariable.
En fin, para mí es seguro que nunca será dema­siado lo que espere de Ti, y que nunca tendré menos de lo que hubiere esperado. Por tanto, espero que me sostendrás firme en los riesgos más inminentes y me defenderás en medio de los ataques más furiosos, y harás que mi flaqueza triunfe de los más espantosos enemigos. Espero que Tú me amaras a mí siempre, y que te amaré a Ti sin intermisión; y para llegar de un solo vuelo con la esperanza hasta donde puede llegarse, espero a Ti mismo, de Ti mismo, oh Criador mío, para el tiempo y la eternidad.  Amén.

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO

DOMINGO DE RAMOS

Al inicio de la Semana Santa, la Liturgia nos invita a que consideremos los distintos personajes que aparecen en las escenas de los relatos de la Pasión de Jesús.

El tramo de la historia de Jesús, que transcurre desde la noche de Getsemaní al alba del día de Pascua, queda abrazado por una pregunta, ¿A quién buscáis? en el Huerto ¿A quién buscas? en el Jardín de Arimatea.

Depende de la respuesta que pueda dar cada uno para identificar la participación en el desarrollo de los acontecimientos pascuales.

La pregunta la recibieron tanto los que iban con palos, de noche, a prender a Jesucristo, como la mujer, en la mañana del primer día, cuando con lágrimas buscaba a su Señor y Maestro.

Es difícil sustraerse de las palabras que pronuncia el mismo Jesús, por las que intenta despertar la fe en Él, pero ante las que cabe percibir razones menos nobles y bajas en el intento de ir detrás de Él, como sucedió entre quienes lo buscaban únicamente por el pan que habían comido, según la denuncia que se escucha en el discurso del “pan de vida” (Jn 6).

Adentrados, con motivo del Domingo de Ramos, en el Huerto de los Olivos, donde ante la imagen de Jesús, la memoria trae el recuerdo del primer Adán, cabe que resuene aquella primera cuestión de Dios al hombre: ¿Dónde estás?

Al inicio de la Semana Santa, para descubrir el personaje en quien nos podamos ver reflejados, la respuesta a las dos cuestiones más existenciales puede ayudar para hacer un discernimiento adecuado, aunque resulte doloroso: “¿Dónde estás? ¿A quién buscas?

¡Ojalá! podamos responder como los primeros discípulos: “Maestro ¿dónde vives? (Jn 1) O como María Magdalena: Señor, dime ¿dónde lo has puesto? (Jn 20) Y acabemos reconociéndonos en el abrazo al Resucitado, al tiempo que lo confesamos nuestro único Señor.

RASGAD LOS CORAZONES

Si tienes el corazón duro, tienes que ablandarlo.
Si llega a ser de piedra, tienes que romperlo,
y convertirlo en un corazón de carne (Ez 36, 36).
Si tienes el corazón viejo, tienes que rejuvenecerlo y revitalizarlo
hasta conseguir un corazón nuevo.
Si tienes el corazón sucio, tienes que purificarlo,
hasta que llegues a ser limpio de corazón.
Para purificarlo se necesita el agua limpia (Ez 36, 25),
la lejía (Jr 2, 22),
el fuego (Mal 3, 2; Mt 3, 11)
y sobre todo el Espíritu (Ez 36, 27; Mt 3, 11).
Si tienes el corazón pequeño, ruin, orgulloso,
tienes que estirarlo y hacerlo crecer,
que sea un corazón grande, ensanchado, dilatado,
como el de Abraham o Pablo (2Cor 6, 11-13)
para que quepan en él todos los hermanos.
Si tienes un corazón inflado, orgulloso,
tienes que vaciarlo, podarlo, quitarle sus humos y grandezas,
hasta hacerlo humilde y ponerlo a servir,
como el de Cristo (Mt 11, 29; Lc 22, 27).
Conviérteme, Señor, haz mi corazón semejante al tuyo!

 Rafael Prieto en Cáritas Cuaresma 2005

www.ciudadredonda.org

Decálogo de la convivencia

· Aceptarás al prójimo como es, amándole con todos sus defectos.
· No tomarás en cuenta sus ingratitudes y desvíos.
· No juzgarás su conducta a sus espaldas.
· Interésate de continuo por sus cosas.
· Servirás al prójimo, aunque sea un comodón.
· Agradecerás al otro sus pequeñas atenciones, tratando de hacérselas mayores tú.
· Estarás siempre alegre para alegrar a todos.
· Te gozarás con los triunfos del otro sin envidiarlos.
· Pide las cosas por favor. Y si haces algo mal, pide perdón.

QUIERO SER DE LOS TUYOS, SEÑOR

Para ver dónde y cómo vives

Para enseñarnos el camino de la verdad

Para que seamos profundamente felices

 QUIERO SER DE LOS TUYOS, SEÑOR

Y que me enseñes a pescar la alegría

Y que me empujes a pescar personas para Ti

Y que me dejes a mirarte a los ojos

 QUIERO SER DE LOS TUYOS, SEÑOR

Y escuchar tu Palabra para saber qué quieres de mí

Y participar de tu Eucaristía para ser fuerte

Y rezar junto a Ti para no sentirme sólo

 QUIERO SER DE LOS TUYOS, SEÑOR

Y que me cambies en aquello que no soy bueno

Y que me cambies mi corazón duro

Y que me cambies si estoy equivocado

¡GRACIAS, SEÑOR!

ORACIÓN DE FIN DE Año
Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
Mañana iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días.
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso.
Cólmame de bondad y de alegría para que, cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí, encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad. Amén

El joven discípulo fue a donde el sabio y dijo: -Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia.
- Espera, le interrumpió el filósofo, ¿hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
- ¿Las tres rejas?
- Sí, la 1ª es la VERDAD. ¿Estas seguro de que lo que dices es cierto?
- Pues, no...lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la 2ª reja que es la BONDAD. Lo que deseas decirme,¿es bueno para alguien?
- No, en realidad, no. Al contrario...
-Ah, vaya...La última reja es la NECESIDAD. ¿Es necesario hacerme saber eso que te inquieta?
- A decir  verdad, no.
El sabio sonrió y dijo: - Entonces, si no es verdad,ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Cuando estos días miro el Niño de Belén, descubro en su mirada la gran VERDAD de Dios para con los hombres y aún más Él será el único camino y vida  para todos los hombres. Todas sus obras están envueltas en las BONDAD y misericordia de DIOS. Se que este Niño cubrirá las necesidades del corazón del hombre, Él es la NECESIDAD de todo ser, por Él y en Él todo tiene sentido.
Tú, Señor, eres la “GLORIA de Dios en las alturas y la PAZ de los hombres  aquí en nuestra Tierra”
¡¡¡BENDITO SEA EL HIJO DE DAVID!!

EL VIOLíN DE TRES CUERDAS
El 18 de noviembre de 1995, el violinista Itzhatk Perlman, se presentaba en el palco escénico del "Lincoln Center" de New York.
Para Perlman llegar al palco escénico no era una maniobra fácil: aquejado de polio cuando era todavía un niño, tiene abrazaderas an ambas piernas y camina con la ayuda de muletas. Verlo caminar, lenta y fatigosamente, para llegar a su puesto en la orquesta, era una escena impresionante.
Una vez sentado, después de dejar las muletas sobre el piso, abre los broches de las abrazaderas en sus piernas, luego retira una pierna y extiende la otra hacia delante. Se inclina para recoger el violín, lo afina apoyándolo sobre el mentón e indica al director que se puede iniciar.
El público acostumbrado a ver esta escena lo seguía en silencio. Sucedió entonces algo imprevisto: exactamente mientras estaba por terminar la primera parte de la partitura, se le rompió una cuerda del violín. Los ojos de los presentes no tenían duda sobre lo que tendría que hacer. Perlman debía ponerse de pie, abrir los broches de las abrazad eras , tomar las muletas y dejar el palco en busca de otro violín o de otra cuerda.
Pero no sucedió nada de esto. Hubo un momento de silencio. Perlman cerró los ojos y después de un momento hizo señas al director de retomar la partitura desde el punto donde la orquesta se había detenido y empezó a tocar con tanta pasión, con tanta fuerza y con tanta maestría como nadie lo había jamás escuchado.
Sabemos todos que es imposible tocar una ópera sinfónica con tres, cuerdas; sin embargo, Perlman modulaba y recomponía la estrofa con una maestría impresionante.
Cuando terminó se hizo un momento de silencio, después el público se puso en pie y se produjo una explosión de aplausos, gritos y exclamaciones. Todo el auditorio expresaba en alta voz su enorme complacencia por la exhibición que había hecho.
Él sonrió, se secó el sudor del rostro, después levantó el violín para invitar al público al silencio y, en tono tranquilo y reverente, dijo: "Ustedes saben que, a veces, la tarea del artista es de explorar cuánta música se puede producir con lo que le queda".
¡Qué lección de vida! En realidad, quizá ésta es la mejor definición de la vida, no sólo para los artistas sino para todos.
Perlman se había preparado para interpretar música con un violín de cuatro cuerdas, y se encontraba en la mitad de un concierto con sólo tres cuerdas. Decidió tocar con sólo tres cuerdas y la música que produjo resultó más bella e inolvidable que cualquier pieza que había interpretada con cuatro cuerdas.

El reto de la vida es el de producir música con aquello que se tiene y, cuando esto no es posible, con aquello que nos queda

ORACIÓN DE ADVIENTO
Adviento, tiempo de esperanza, en el seno de María crece el fermento de un mundo nuevo, el hijo del Dios vivo que llega a compartir su vida con nosotros. Nace Enmanuel, Dios con nosotros, hecho niño, pobre, pequeño y necesitado.
María nos enseña el camino para hacer nacer a Jesús en nuestro tiempo: confianza, entrega, felicidad, coraje y mucha fe en el Dios de la Vida. Tiempo de espera, de atención y cuidados, de respeto y contemplación.
Señor, hay mucho dolor en nuestro mundo, hay sufrimiento e injusticia. Ayúdanos a sembrar semillas de esperanza. Descúbrenos la alegría de la paciente espera, activa y fecunda, comprometida por la vida de los que nos rodean. Es tiempo de espera, Señor, pero también es tiempo de donación y compromiso efectivo. Contágianos la fe sencilla de María, que dio su vida para alumbrar el Reino y hacer nacer la esperanza en medio de su pueblo. Amén.

ADVIENTO

Se ha dicho que Cristo no nos ha dejado ni una sola línea escrita, como hicieron otros maestros como Platón…

Pero si nos dijo: “Yo me quedo con vosotros hasta el fin de los tiempos”. En esto consiste la experiencia más profunda del cristianismo.

El misterio de Dios es que se hizo hombre en la Encarnación para llevar en sus entrañas los dramas de toda la humanidad, para colmarnos con sus caricias y hablarnos de AMAOR y ESPERANZA.

Por eso nuestra vida debe ser alegre y agradecida.

¿Porqué entonces este tiempo de ADVIENTO? ¿Es quizá un tiempo triste de penitencia?

No, todo lo contrario. Es un tiempo en el que vivimos la presencia de Dios en el mundo de tres formas:
1. Recordando el pasado, su presencia histórica.
2. Viviendo su presencia ahora, viva en nuestras vidas y en el mundo
3. Esperando su venida gloriosa, la plenitud de su presencia.

ADVIENTO significa:

A: ATENCIÓN. ”El nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas” (Is. 2, 1-5)
D: DARNOS CUENTA del momento en que vivimos. “Tenemos que despabilar, porque la salvación está más cerca que cuando empezamos a caminar” (Rom. 13, 11-14)
V: VELAD. Estad en vela, estad preparados. El viene a nosotros de forma especial en cualquier momento (Mt. 24, 37-44)
I: IGLESIA, comunidad. Esperamos en comunidad, no solos. Nos alertamos unos a otros, nos ilusionamos juntos, preparamos juntos.
E: ENCUENTRO con Él y con los hermanos, ENVIADOS a anunciar la venida del Señor.
N: NUEVO. Llamados a ser nuevos para esperar el Nuevo Nacimiento, la Novedad que es la presencia de Dios cada día en nosotros, que nos transforma.
T: TRANSFORMACIÓN, para llevar a todos la TERNURA DE DIOS
O: ORACIÓN PARA VIVIR EL ENCUENTRO. Sin principio ni fin, así es el AMOR de Dios que representamos en la Corona de Adviento, en al que vamos poniendo las velas que simbolizan la luz que se va haciendo más intensa, como la nueva esperanza que crece en nosotros

Si los cristianos vivimos intensamente este ADVIENTO ¿Qué pasará?, pues que SUCEDERÁ EL AMOR y LA SALVACIÓN en nosotros y en el mundo.

Si los cristianos no ardemos, el mundo morirá de frío.

¡ SEÑOR, QUIERO PROCLAMAR TU PRESENCIA EN MI VIDA, TU VENIDA HOY Y SIEMPRE PAR AMI SALVACIÓN Y LA SALVACIÓN DE MIS HERMANOS LOS HOMBRES !. ¡ QUIERO RECORDARLA Y VIVIRLA MÁS INTENSAMENTE Y PARA ESO QUIERO QUE SEAS MI UNIVERSO!

(MariSol)

EL DON DE CADA DÍA

Enséñame, Señor,
a vivir el don de cada día,
sin otros planes que los tuyos,
los de cada día.
Que pueda maravillarme de tu amor,

Padre, cada día,
Que el rostro de mi prójimo
sea nuevo para mi, cada día.
Dame un corazón, Padre,
manso con el sufrimiento de cada día,
fuerte con la lucha de cada día,
amoroso en la oración de cada día.

Que cada día sepa confiar en Ti, Padre,
dejando en tus manos el mañana,
sin inquietud, sin prisas.
Que cada día estrene tu paz,
recibiendo de Ti, cada día,
salud o enfermedad, éxito o fracaso,
progreso o retroceso.

Enséñame, Señor,
a vivir el don de cada día.

«Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?
Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan.
Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos.
Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?
No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?
Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal. Mat 6:26-34

Todos somos necesarios. Hasta el más insignificante tiene sitio en el tiempo de Dios. Quien crea que no vale para nada y que pasa más desapercibido, ese es importantísimo para El. Todos juntos dibujamos y formamos el rostro de Dios como un puzzle. Sin falta una pieza el puzzle no se completa

Un Rey soñó que había perdido todo su reinado. Despertó y llamó al Sabio para que lo interpretase.
¡ Qué desgracia mi señor! , cada territorio perdido representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.
¡ Qué insolencia!, gritó el Rey.
Llamó a la guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Éste le dijo:
¡Excelso señor!, gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se complació tanto, que le dio cien monedas de oro.
Cuando salió del Palacio uno de los cortesanos le dijo admirado:
¡ No es posible! La interpretación que habéis hecho es la misma que el primer Sabio. No entiendo porqué a ti te ha dado dinero y al otro le ha azotado.

Recuerda hermano, todo depende de la forma de decir las cosas. Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe de ser dicha siempre, no cabe duda, mas la forma con que debe de ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado estuche y lo ofrecemos con ternura será aceptado con agrado y agradecimiento.
Tenemos en nuestras manos el poder ofrecer el gran don de la palabra, la comunicación, la expresión de una sonrisa, una mano amiga…cualquier cosa que produzca frutos de verdad y sinceridad con delicadeza y sencillez.