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En esta sección vamos a recorrer batallas en las que fueron protagonistas principales los vascos a lo largo de toda la historia, y que desmiente la teoría egocentrista de que no hemos sido parte esencial en la configuración española.
EL CAPITÁN EULATE
Cuando en 1898 estalló la guerra con Estados Unidos con motivo del largo conflicto con los independentistas cubanos por toda España se oyó el mismo clamor patriótico y antiyanqui. Las provincias vascas no fueron una excepción.
Sabino Arana, que pocos años antes había comenzado su andadura dijo:
"Pero si las botazas alemanas han pisado las costas de las Carolinas con intenciones aviesas...; si los indios filipinos tratan de romper las cadenas con que el español les oprime...; si el yanqui hace el amor a Cuba...; si un buque chileno ha secuestrado a cuatro o cinco españoles...; ¡Oh! Entonces el espíritu patriota estalla, se enardece la sangre y la pluma rasga el papel con indignación al ver en peligro la integridad de la Patria o ultrajada la dignidad nacional... Ante esta actitud natural y característica de los periódicos bilbaínos (no exceptúo a ninguno) no puede menos de reconocérseles, en honor a la verdad, que si ya no bizcaínos patriotas, son entusiastas patriotas españoles, como los de Santander y Cuenca, verbigracia"
El 3 de julio de 1898 se libraría en la bahía de Santiago la batalla con la que se ponía punto final a la guerra contra Estados Unidos y a cuatro siglos de Imperio español. Eulate ordenó sustituir la bandera española ordinaria por el imponente estandarte de guerra regalado por los vizcaínos y se dirigió a sus soldados:
"Ha llegado el momento en que la Patria nos reclama, y como españoles tenemos que cumplir con el sagrado deber que ella nos impone. Se va a arbolar nuestra bandera y va a ser izada de manos de los oficiales que son los guardianes de su custodia y de su honor. Todos estamos obligados a defenderla, cada uno en su cometido. En otras ocasiones ya recomendé que confiáramos en Dios para vencer todos los peligros que se nos presenten. Ha llegado la hora en que debemos reclamar más que nunca la divina protección"
Sobre el buque de Eulate se desató la artillería de cuatro enemigos: el Brooklyn, el Oregón, el Texas y el Iowa, que causaron gran mortandad entre los marinos españoles. Eulate fue herido gravemente por una granada en la cabeza y la espalda, junto a la columna vertebral. Con el "Vizcaya" ardiendo por todas partes y cien marineros de su dotación muertos sobre cubierta, el comandante dio la orden de abordar al Brooklyn, lo que no consiguió por su irreversible ingobernabilidad. Fue a estrellarse contra la costa.
Para evitar que la bandera de España cayese en manos enemigas ordenó a sus oficiales:
"hay que arriar esa bandera y destruirla parra que no quede en poder del enemigo como un trofeo, pero antes hay que tener preparada otra que se izará inmediatamente. El enemigo no debe ver que el pabellón nacional haya dejado de ondear sobre el "Vizcaya"
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LÓPEZ DE HARO AL SERVICIO DEL REY DE
CASTILLA
López de
Haro fue protagonista principal de la definitiva incorporación de Álava y
Guipúzcoa al reino de Castilla tras su breve pertenencia a Navarra en los años
finales del siglo XII. En 1179 se habían adjudicado las tierras riojanas a
Castila y las guipuzcoanas y alavesas a Navarra por el tratado suscrito
entre Alfonso VIII y Sancho el Sabio. Pero en 1200, con motivo de la guerra
que enfrentó a dicho rey castellano con el navarro Sancho el Fuerte, el ejército
castellano, encabezado por Diego López de Haro y con la colaboración del rey
aragonés, conquistó ambo provincias para su reino, del que ya nunca volverían a separarse.
Un
testigo presencial de los hechos, el navarro Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo
de Toledo escribió al respecto en su Historia de los hechos de España, fuente
fundamental para el conocimiento de aquella época: “Por su
parte el noble rey Alfonso de Castilla volvió a atacar el condado de Treviño y
Álava y, después de largo sedio, inició el asalto de Vitoria […] Y de esta
forma conquistó el rey Alfonso Vitoria, el condado de Treviño, Alava y Guipúzcoa con las fortalezas y castillos de
estas tierras, salvo la ciudad de Treviño, que la obtuvo más tarde a cambio de
Inzura […]. Conquistó San Sebastián, Fuenterrabía, Belascoaga, Zaitegui,
Aizcorroz, Arlucea, Arzorocia, Victoriano, Marañón, Auza, Ataun, Irurita y San
Vicente”
Recordamos que López de Haro, grande de Vizcaya, da
nombre a una de las calles principales de Bilbao.