Amaneció un día gris fresco y desapacible. A las 08:00 cae un tormentón del copón. Y llovizna hasta las 10. A las 09:30 me llama el Sr. Julio y me comenta que hacemos. Y le emplazo en el castillo pues tengo a la Peque preparada. Y decidimos sobre la marcha en función de los participantes, el tiempo y la autoridad.

Nos presentamos a las 10 en el castillo. No llueve y empiezan a aparecer chavales. Este año aumentamos el grupo del año pasado. Aunque reconocemos que nos cuesta aumentar la participación todo lo que desearíamos. Será por nuestra pasión por este deporte e intentar inculcárselo a nuestros peques.

Sobre las 10:30 arranca todo el grupo para dar una vuelta al pantano. Da gusto ver a los chavales, esas ganas. Estos eventos no nos lo hacían cuando teníamos su edad. Completamos el pantano y dejamos a los más pequeños en el patio de Correos con juegos y música.

Con los más grandes iniciamos una marcha camino de Sabina-Berrocal; en este punto ya perdemos a dos peques por falta de fuerzas. Tras un trago de agua en la fuente del Berrocal, subimos por la parte izquierda hasta la senda del Arroyo de la Parra. Neutralizamos en varios puntos pues el grupo no es homogéneo en fuerzas e iniciamos el primer descenso de la trialera que nos lleva a la fuente de la Parra. Primeras caídas. Alguno se empotra contra el muro de piedra y el que le sigue lógicamente se le sube a la chepa.

Como bajan los chavales. Yo que estoy agazapado para las fotos, me pasan a escasos centímetros a una velocidad de impresión. Doy gracias pues reagrupamos en la fuente y no hay males mayores. rasguños, golpes, nada grave.

Atravesamos La Parra e iniciamos el descenso de Los Caletos, tramo muy divertido donde disfrutamos chicos y grandes. Esperamos en El puente de la Avellaneda a Protección Civil que nos neutraliza y precede hasta el Castillo. Hay que ver la cara de los chavales cuando ponen las luces y las sirenas por el pueblo. Llegamos al patio de Correos, nos esperan unos refrescos y una bolsa con regalos.