Carlos Sastre, como todo el pelotón, tenía ganas de que terminara la etapa de hoy, una de esas etapas que se califican de intrascendentes, pero que hacen mella en los corredores.

“Tras la paliza de ayer, la etapa de hoy ha sido un día más o menos de relax para los gallos que hay en este corral, porque la gente estaba realmente cansada”, reconocía el líder del equipo Cervélo. “La salida ha sido muy rápida y hacía un viento de cara impresionante, lo que ha hecho que se tardara bastante tiempo en hacerse la escapada del día. Por lo demás ha sido una etapa dura, quebrada en su orografía, en la que hemos tenido muchísimo calor. El pelotón ha decidido tomárselo con tranquilidad, con lo que dentro de su dureza, ha sido un día bastante llevadera”, añade Sastre, que finalizó en el puesto 72º, como la mayoría a 14’19” del vencedor de la décima etapa (Chambéry-Gap, de 179 km.), el portugués Sergio Paulinho, con Jesús Hernández (Astana) en el 158º, a 15’47”.

Un día, en suma, de tregua de cara a las próximas etapas, donde en la general, Andy Schleck retuvo sin problemas el maillot de líder, con Sastre el 16º, a 7’13”, y Hernández el 174º, a 1h 49’07”.

“Mañana tenemos una etapa más o menos tranquila y luego nos encontraremos de nuevo con la montaña”, concluye el vencedor del Tour 2008. La caravana del Tour de Francia continuará bordeando los Altos Alpes en una jornada de relativo descanso que ligará la Ciudadela de Sisteron y Bourglès-Valence sobre 185,5 kilómetros, en una auténtica etapa de la ronda gala de perfil totalmente plano salvo por una tachuela de tercera categoría, y en la que los sprinters volverán a tomar el testigo de la carrera.