wadhoo.com VERSIÓN IMPRESIÓN Crónica: I Vuelta Cicloturista a España Se ha completado con éxito la primera edición de una marcha por etapas, con El Barco de Ávila como final y salida de ellas José Ramón Castro Iglesias / Ciclismo a fondo El ciclismo no competitivo, con tradición centenaria en países vecinos, nunca estuvo claramente definido en el nuestro. A mediados del siglo pasado hubo un intento de estructuración creando Entrado el siglo XXI Con Esto es para mí el hito histórico que significa
En siete etapas Salimos de Gijón entre las brumas del Cantábrico, prados y bosques mientras subimos y bajamos puertos. Para cuando encaramos el coloso Pajares el sol había vencido a la niebla y calentaba con ganas. La gran diferencia de edades y nivel deportivo de los participantes hace que, con El protocolo hace que las salidas se produzcan a media mañana cuando la ola de calor sahariano ya se deja sentir. Son Tercera etapa, camino de Salamanca. El calor se hace presente y el campo charro cambia cereal por dehesa ibérica. Cruzado el Tormes la ruta se empina y el calor aprieta. De los sotos ha desaparecido el frescor del río y son candentes hornos. El puerto de Vallejera es un alivio de frescor entre los pinos a pesar de las rampas. Rendimos viaje en Béjar. A las nueve de la noche los termómetros marcan 30º. Cuando salimos de la ciudad lanera en la cuarta etapa, el pelotón gana prestigio: además de El Gran Marino que nos acompaña desde Gijón, se une Lale Cubino. Subimos Cantagallo suavemente entre el frescor del arbolado y la expectación de un toro zaino a la orilla del camino, para bajar el Puerto de Béjar hacia la olla borbollante placentina mientras el ábrego viento frena y recalienta al pelotón. Cruzamos Plasencia y enfilamos el valle del Jerte. El cambio de dirección pone al viento de cola y el organizado grupo gana Cabezuela del Valle con facilidad. Antonio nos brinda las excelentes cerezas picotas de la tierra como estímulo para coronar Tornavacas. Reagrupados en el alto, despedimos Extremadura y bajamos vertiginosamente al Barco de Ávila, perla a orillas del Tormes con Gredos y su Almanzor en el horizonte. La quinta etapa hubiese sido una delicia si el calor no nos torturara por las parameras avileñas y segovianas. La llegada al Real Sitio de Sexta jornada: salida del incomparable Valsaín en medio del bosque de centenarios pinos silvestres. Se ha salido temprano y vamos lamiendo la falda norte de Somosierra con un ritmo cómodo que nos permite llegar a medio día a la preciosa villa serrana de Ayllón. Por fin una tarde que no padecemos el vaho del asfalto. Tomamos café en la porticada plaza medieval rodeados de piedras cargadas de historia. Madrugamos para hacer la última jornada. Dejando la provincia de Soria al norte, coronamos Ha merecido la pena. Es sentimiento común dar continuidad a la experiencia. Aunque pocos, la convivencia entre cicloturistas de los cuatro puntos cardinales de España ha sido una gran vivencia. Gracias a
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