La prueba, que se disputó en un entorno inmejorable, tuvo un pequeño percance con el retraso de la llegada del médico. Por seguridad de todos los participantes la salida se retrasó una hora, lo que conllevó a modificar el recorrido, que pasó de tres vueltas a dos para todas las categorías.

Las zonas se vieron complicadas con la permanente lluvia caída por la mañana, y aunque no llegó a llover durante el transcurso de la prueba, el recorrido estaba muy resbaladizo y dificultoso. Incluso uno de los aspirantes al título junior, el catalán Eduard Planas, sufrió una caída que le obligó a retirarse con una posible fractura en el brazo derecho, que esperamos que no sea más que una pequeña contusión.

Las puntuaciones en prácticamente todas las categorías fueron realmente altas, solo los corredores más experimentados y técnicos lograron pasar alguna de las largas y difíciles zonas. Las inesperadas caídas o rebasar el tiempo de zona fueron las causas principales de los numerosos cincos consecutivos para muchos de los participantes.

El navarro Benito Ros se impuso en élite por delante del alicantino Juan Antonio Linares y del mallorquín Carles Díaz, mientras que en juveniles, el murciano José Angel Cegarra ocupó la primera plaza por delante del catalán Alex von Arend y de Jorge Pérez. El podio cadete lo completaron el aragonés Abel Mustieles y los catalanes Gerard Aguilar y Andreu Miró. El duelo femenino entre las catalanas se decidió con la victoria de Mireia Abant seguida de su hermana Gemma y de Alba Villegas.

Manuel Melguizo (Andalucía) se impuso en senior; en infantiles ganó el vasco Ion Areitio y los jóvenes catalanes Bernat Seuba e Ignasi Vidal ocuparon los primeros puestos en alevín y principiante respectivamente.