Con tan sólo 19 años, Vieites narra su vivencia en el último año afirmando haber estado bien conocer la Superliga femenina de voleibol. “Lo malo es que no jugué ni un minuto y, además, sin recibir ninguna explicación por parte del entrenador, Julio Rodríguez, que no contó ni conmigo ni con otra jugadora juvenil que era de Ávila”, se queja la avilesina, que explica al periódico ovetense que “el club era muy extraño. El presidente, que era conductor de autobús, se compró un vehículo de dos pisos para los desplazamientos del equipo y, además, lo conducía él. Terminó por vender la plaza al Valencia”.

En su etapa abulense, convivió Vieites con otra jugadora asturiana, Sara Sarmiento, y con la hispano venezolana Corina del Valle, personas que “me enseñaron muchísimo. Aprendí lo que es estar lejos de casa, a saber administrarme el dinero”. En el aspecto deportivo, las diferencias de la Superliga con la Liga FEV son “abismales”, dice la ex jugadora del Ávila Voley, para quien “la Superliga es profesional cien por cien. Entrenábamos seis horas diarias, en doble sesión, y el entrenador no permitía ni una broma”.