Ya lo dijo antes del partido Javi Muñoz, técnico del Club Baloncesto Rayet Guadalajara: «Hoy perdemos». Entonces, los que le escucharon se lo tomaron a broma, pero quizás el entrenador gallego sabía que su equipo acudía tocado a la cita de ayer. Tocado tras la victoria que menos de 24 horas antes había cosechado en Valdemoro ante el combinado local (84-85). Tan tocado que en diferentes fases del encuentro se fueron borrando Diego Pérez y Rakim Hollis. Rubén Arizmendi y Manu Ruiz ni siquiera se vistieron de corto. Cosas de la vida, las desgracias de uno son las alegrías de otro y ese papel lo protagonizó ayer un escuálido Carrefour El Bulevar. Escuálida ya que el míster, Antonio Cano, sólo empleó a nueve jugadores. No hizo falta más.
De hecho, el Rayet sólo comandó el duelo en el arranque. Fue entonces cuando Javi Muñoz aún contaba con buena parte de su plantel y cuando Víctor Chuan y Paul Williams esperaban su oportunidad en el banquillo visitante. Cuando éstos saltaron a la pista, la tendencia empezó a cambiar (parcial de 0-9, 11-13 en el minuto 7). De hecho, el partido no se rompió antes gracias a la irrupción estelar de Zach Andrews en el segundo periodo y de Roberto Núñez en el tercero.
Pese a todo, los abulenses se mostraron superiores. Muñoz no encontraba el socorro deseado en su banquillo (apenas dos puntos anotaron los suplentes alcarreños en la primera parte por 19 los suplentes visitantes) y los de Cano cobraban sus primeras rentas importantes nada más iniciarse el segundo cuarto.
La aparición de saltarín Andrews dio vida a los guadalajareños que se marcharon a vestuarios con la esperanza de sumar otra victoria en la pretemporada. De hecho, en el inicio del tercer parcial llegaron a colocarse por delante (47-46, minuto 23; dato relevante ya que no lo hacían desde el minuto 5 de partido).
Fue un espejismo que apenas duró dos minutos. Chuan, tenía que ser él y desde más allá de los 6,25, devolvía la iniciativa a los abulenses que ya nunca más la perdieron. Eso sí, merced al cúmulo de despropósitos de uno y otro conjunto; el duelo se mantuvo vivo hasta el último periodo.
Así pues, justa victoria visitante frente a un Rayet Guadalajara muy mermado físicamente en un partido que, oficialmente era a puerta cerrada. ¿El motivo? Impedir que espías de otros equipos (concretamente del Real Madrid, primer rival en la fase regular) se colasen para obtener imágenes del encuentro. Y no, no crean que es una locura puesto que en Valdemoro, un técnico blanco se hizo pasar por un cámara de una televisión alcarreña. Ver para creer. Aunque la verdad es que el desgastado Rayet Guadalajara que vimos ayer se parecerá más bien poco, al de la LEB Bronce. Al menos eso esperamos por el bien de todos.
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