Matchmind Carrefour El Bulevar ganó su primer partido en la nueva categoría de la LEB Bronce no sin que durante la mayor parte del mismo fuera perdiendo frente al A.D.T. Tarragona por una diferencia que llegó a ser de hasta 18 puntos. Calamitosos los dos primeros cuartos de los de Óscar Lata, pero con una reacción en los dos últimos períodos pudieron conjugar la renta que tenían a favor los tarraconenses y terminaron venciendo de ocho.
El primer cuarto estuvo marcado por la escasa anotación de ambos equipos. El Tarragona se marcó un 0-7 de inicio, que dejaba las cosas desajustadas para el cinco local que apenas sabía moverse por la cancha. Pero a tenor de la verdad, los visitantes no eran un equipo del otro mundo y así Matchmind se colocaba por primera vez por delante, con una mínima diferencia de 14-13. El caso es que el juego de los abulenses era un quiero y no puedo frente a un rival que no se mostraba especialmente peligroso sino atento a lo que hacían los jugadores anfitriones, demasiado perdidos en la cancha y fallando en estrépito en la defensa y captura de rebotes. Y eso que la breve entrada de Hernán Olaguibe sirvió para desatascar la falta de eficacia en la pintura.
Con cinco puntos de ventaja arrancó el segundo cuarto para un Matchmind Carrefour El Bulevar que vio como sufría por los estragos que hacían los postes contrarios como Phifer y Miguel y los lanzamientos exteriores de Núñez. Los de Óscar Lata iban a remolque de diez puntos desfavorables en el desarrollo del partido y pintaba bastante negro para que el resultado negativo cambiase, una vez que los jugadores se marcharon a los vestuarios.
En la reanudación, el entrenador local decidió dar entrada al argentino Facundo Madoz, un hombre que con sus penetraciones a la canasta contraria empezó a romper la zona tarraconense y aunque su aportación anotadora fue testimonial, sí que logró dar la vuelta a la cara de un encuentro que parecía irremediablemente perdido. Jugando con dos bases, Chema González y Miki Pérez-Urruti –buen partido el del madrileño-, el conjunto abulense se movía de otra manera, de modo que el segundo de los citados empezó a emerger tras un juego gris en los minutos anteriores, de forma que se fue conjugando la desventaja y con tan sólo dos puntos en contra concluyó media hora de juego real.
El choque fue especialmente intenso en el último cuarto. El Tarragona no exhibió entonces todo su potencial y los abulenses llevaron la iniciativa durante los minutos finales, poniéndose por segunda vez por delante en el electrónico (56-55) y rematando una victoria gracias a los minutos impecables del americano Jamar Brown, que resucitó para marcarse tres mates, uno de ellos realmente espectacular que hizo levantar al público de sus asientos, ser el máximo anotador del partido y el segundo más valorado, junto con su compatriota Frank Phifer, éste en el bando contrario.
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