Las aproximadamente treinta personas –muchas de ellas familiares de los jugadores segovianos del BM Ávila 7 Metros- que se dieron cita en el pabellón de San Antonio para ver a su equipo frente al BM Arroyo, pensaban que iban a presenciar un choque bastante desigualado entre el colista y el líder de la clasificación y que la diferencia de goles entre uno y otro podría acercarse a la cuarentena que encajaron los abulenses la semana anterior en la pista del Santa Bárbara leonés.
Pues no, no se produjo la previsible debacle. El Balonmano Ávila, que estrenaba nueva equipación, no dejó que su séptima derrota consecutiva fuese una goleada de escándalo. Plantaron cara en todo momento a un equipo a priori llamado a luchar por el ascenso a Primera División como el vallisoletano y al final la diferencia fue menos de la prevista, ya que la derrota sufrida por 17-26, con nueve goles de desventaja, es un resultado meritorio ante un rival de otro nivel.
El conjunto abulense cuajó en general un aceptable partido, en el que sacó el máximo rendimiento a su defensa, y cometiendo el menor número de errores bloquearon el juego pucelano. Varias buenas intervenciones del guardameta Borja –con Dioni en la grada- impidieron que el electrónico aumentase en contra de los de Marco Antonio Rufes, que hizo el continuo relevo entre Raúl Jimeno y Carlos Cano, con el primero en cancha cuando el equipo atacaba y el segundo mientras que había que defender. No obstante, la casta puesta por los locales fue insuficiente para neutralizar una mayor calidad visitante –que no fue tanta por lo observado en la pista-, que llegó al descanso con sólo cuatro goles de ventaja.
El BM Arroyo salió más enchufado al partido y así a los diez minutos se marchaba en el marcador de siete (2-9). Ya en los banquillos, la diferencia era favorable para el cuadro visitante, al tener ocho hombres de refresco, mientras que el conjunto anfitrión contaba con únicamente cinco. En el ecuador del primer tiempo, el electrónico señalaba un 3-11, que entraba dentro de la lógica por la diferencia de potenciales. Fue entonces cuando el BM Ávila logró encontrar la clave para que su rival no se marchase. Aplicando una mejor defensa, con las paradas de Borja a los disparos vallisoletanos y el acierto rematador de Rafa, se produjo un parcial de 6-2 a favor de los abulenses en la segunda quincena del primer tiempo, de modo que al descanso el resultado era de 9-13, únicamente cuatro arriba para los de Arroyo de la Encomienda.
En la reanudación el conjunto pucelano llevó la iniciativa en el juego tratando de aumentar las diferencias. Sin embargo, los de Marco Antonio Rufes no permitían que la desventaja fuera demasiado en aumento. En el minuto 20 el electrónico señalaba ocho arriba para el BM Arroyo (14-22), facilitada por la menor intensidad defensiva del cuadro abulense durante ese período. Pero en los diez minutos finales el BM Ávila se hizo resistente y de nuevo con Borja en pleno acierto –al final del partido se llevaría el Trofeo Arte Leiva al mejor jugador local- apretó las clavijas al contrario y sepultó las esperanzas visitantes de llevarse una victoria amplia. A los arroyinos les costaba penetrar en la defensa abulense, con un parcial de 3-4 en los últimos diez minutos de partido, no marcándose gol alguno en ninguna de las dos porterías en los cinco finales.
El resultado definitivo fue de 17-26, nueve tantos arriba para el BM Arroyo (foto superior), que no son excesivos si tenemos en cuenta la diferencia entre ambos equipos. La nota positiva es que el choque ha servido al BM Ávila para reivindicarse, que si juega como en este encuentro puede ser más competitivo en la liga ante rivales de su nivel y obtener las primeras victorias. La mezcla de veteranos como Nacho, Jimeno, Suso y Cano, con los recién llegados e ilusionados jugadores segovianos, aderezada con los juveniles, debe empezar a dar los primeros frutos.
RESULTADOS Y CLASIFICACIÓN SEGUNDA DIVISIÓN
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